Obtener una buena fotografía no es obra de la casualidad, si bien hoy en día las posibilidades son mucho más accesibles debido a la fotografía digital sin embargo realizar un buen trabajo comprende realizar un estudio previo teniendo en cuenta todo aquello que entra en juego en la composición. Por eso quiero destacar como primer punto a tener en cuenta el mensaje que quiero transmitir, no olvidar que, como todo medio de comunicación requiere tener en claro ese objetivo a lograr.
Además propongo considerar que la foto sea siempre sugerente, deje un margen de interpretación y participación al espectador quien será al fin y al cabo el que realmente juzgue la obra desde su mirada.
1. Identificar
el centro de interés.
Cada
fotografía tiene (o debería tener) un centro de interés. ¿De qué se trata la foto?
¿Es una fotografía de tu amigo? ¿Es una fotografía de un edificio? Debería
ser obvio para cualquiera que mire una fotografía saber de qué es la foto.
Es lo que se denomina el centro de interés del mensaje.
Aunque
se denomine centro, el centro de interés no tiene que ser necesariamente el
objeto que esté en en el centro de la foto ni ser el objeto que ocupa la
mayor parte de la imagen.
2. Rellenar el encuadre.
Esta
regla puede parecer bastante obvia, pero lo cierto es que muchas veces fallamos
al aplicarla. Si queremos contar algo en una foto, lo conveniente es provocar
con el motivo la mayor atención del espectador, ocupemos la mayor parte
con ese "algo", asegurándonos que se convierte de este modo en el
centro de atención de la imagen. Además, de este modo eliminamos interferencia posible asegurándonos que no haya elementos que resten interés a la obra. Es un error muy común el quere que aparezcan demasiadas cosas en una foto. Si no respetamos esto al
final, lo que conseguimos es que no quede demasiado claro qué es lo que
queríamos mostrar. Ante la duda de si algo debe salir o no en la foto, la sugerencia es no ponerlo.
3. Considerar las líneas.
Las líneas son un elemento de importancia mayor en
las artes visuales. Nos aportan formas y contornos, con las líneas
dirigimos la mirada del espectador de una parte de la foto a otra.
Las
líneas son uno de los elementos más eficaces a la hora de dirigir la mirada de
quien contempla nuestras fotos hacia donde queremos que mire. Las líneas horizontales, verticales y diagonales son elementos compositivos que
aportan significado a las imágenes. Un tipo especial de líneas son las convergentes, son las líneas que, por el efecto de la distancia, acaban uniéndose
en un mismo punto, por consiguiente son muy sugerentes a la hora de insinuar algo.
4. Trabajar el flujo.
Después
de las líneas, podemos tratar el flujo. El flujo es el modo en el que la
mirada del espectador se desplaza de una parte de la fotografía a otra. Una
manera de definirlo es mediante el uso
de las direcciones. A veces el flujo es creado por las líneas y puede resultar nítido y claro, de un recorrido lento en la fotografía, y
otras veces es brusco generando puntos diversos de atracción, como los
laterales de un edificio que convergen hacia el cielo, o pueden ser menos
obvias. Ayudan a que la mirada del espectador debería ser capaz de realizar un
recorrido total de la foto sin interrupciones.
El flujo crea
la ilusión de movimiento (o ausencia de movimiento si se desea). Las líneas
diagonales se consideran generalmente más "dinámicas", mientras que
las líneas horizontales y verticales se consideran más "estáticas".
Un equilibrio cuidadoso de elementos estáticos y dinámicos dará un sentido
global de movimiento a tus fotografías.
5. Considerar una dirección de recorrido.
La dirección es similar al flujo. También generar
la ilusión de movimiento es de gran atractivo en una fotografía, si hay algo
en la fotografía que parezca estar en movimiento, tiene una dirección en la que
se mueve.
Un
ejemplo de esto son las luces de peatones de un semáforo. Cuando está en rojo
para los peatones, la figura representa un peatón inmóvil, con las piernas
juntas y los brazos bajados. Visualmente, no tiene ninguna apariencia de estar
en movimiento. Sin embargo, la figura del peatón en verde que permite cruzar
tiene una dirección en la cual se está moviendo. La dirección en fotografía se
puede crear de muchas maneras. Una figura a punto de cruzar una calle puede
transmitir movimiento aunque la veamos estática y no se muevan sus brazos y sus
pies, porque podemos imaginarla un segundo después cruzando la calle o como en este caso si observamos cualquiera de las patinadoras por separado, también podemos imaginar su continuidad en el movimiento, pero como contrapartida quise poner esta foto de encuentro entre las dos para darnos cuenta que en este caso el movimiento queda anulado por enfrentarse en nuestra imaginación.
6. Los elementos repetidos.
La repetición de algún elemento (unos globos, unos
pájaros), da un sentido de relación de distintas partes de una imagen. Por
ejemplo, una bandada de pájaros pueden estar moviendose en grupo por el cielo,
definiendo formas interesantes y añadiendo información sobre la dirección en la
fotografía. En
algunas ocasiones puede aportar factores de análisis psicológicos, como el
sentido de la unión y el compañerismo. Observemos estos lápices de colores como generan una idea en este sentido.
7. Los colores siempre nos dicen algo.
La relación de los colores entre sí puede generar diferentes sensaciones en el espectador. No olvidemos que los colores se modifican en su percepción por la cercanía que haya entre ellos. Podemos realizar una composición teniendo en cuenta los colores armónicos para proponer una continuidad cromática al tono o generar contraste por complementarios para destacar algún color. Además se pueden utilizar diferentes gamas cromáticas o elegir trabajar con colores cálidos y fríos. Los
rojos, naranjas y amarillos forman parte de la gama de colores cálidos. Los azules, verdes y violetas forman parte de la
gama de colores fríos.
Existen
muchos elementos psicológicos y emocionales ligados a los colores. Por
poner un ejemplo, los azules se consideran colores tranquilos, mientras que lo
rojos son más temperamentales. Existe mucha literatura al respecto de la
psicología del color, por lo simplemente resumiremos que el color tiene una
importancia determinante en la composición.
En
materia de colores hay que prestar atención también al contraste. El
contraste se define como la diferencia de luminosidad entre las partes más
claras y más oscuras de nuestra foto.
8. El interés de los grupos de tres
Parece existir una percepción
especial de los números impares en la fotografía, y en especial de
los grupos de tres elementos. Un único
elemento puede transmitir soledad o aislamiento, con dos elementos una foto
puede quedar demasiado bien equilibrada y estática, y cuatro elementos pueden
resultar demasiados para distribuir.
Por algún
motivo desconocido, a las personas nos gusta el número 3. En fotografía
suele funcionar la agrupación de tres elementos como centro de interés.
9. La regla de los tercios en el espacio compositivo.
Si nos fijamos en obras de arte en
cualquier museo, podremos comprobar que si dividimos un cuadro en cuadrículas
de igual tamaño de 3x3, las cuatro intersecciones de las cuadrículas dentro del
cuadro es muy probable que destaquen los puntos de interés.
Trazando
esta cuadrícula imaginaria sobre la mayoría de las obras nos daremos cuenta de
que elementos fundamentales del cuadro recaen sobre esas intersecciones:
ventanas y puertas, ojos, líneas de horizonte, picos de montañas, ... Está
comprobado que llevando nuestro punto de interés a uno de esos cuatro puntos
conseguimos una imagen mucho más interesante. Existen cámaras que permiten visualizar en su LCD una
rejilla (grid en inglés) para trabajar con los tercios, puede
ayudar a la hora de mejorar la composición el tener esto muy en cuenta.
10. El espacio negativo en el encuadre.
Se considera espacio negativo a los grandes espacios vacíos, normalmente en blanco o
negro, dentro de una fotografía y por lo general a un lado. (peso visual)
El
alejamiento del elemento central de la imagen, rellenando el resto de la foto
de un espacio vacío nos permite transmitir una información adicional de soledad,
aislamiento o calma a la imagen.
Aunque no
es un recurso que vayamos a utilizar habitualmente, no está de más conocerlo.
Está enfrentada a la regla de composición consistente en rellenar el encuadre
comentada más arriba en este mismo artículo.
11. Relación figura - fondo.
El contenido de la figura y del fondo en una foto
es de gran importancia para la composición debido a la diversidad de relaciones
que existen. Tanto en el fondo como en la figura tienen aplicación otros elementos
compositivos como los colores, las líneas, los planos, las texturas, etc.
Lo
importante en la figura y en el fondo es que no haya demasiados detalles que
puedan distraer la vista del espectador del centro de interés o confundir como en el caso de estos dos ejemplos cual es la figura y cual el fondo.
La mejor
herramienta con la que contamos para marcar la diferencia entre la figura y el
fondo de nuestras fotos es la profundidad de campo. Gracias a la apertura del diafragma que utilicemos a la
hora de hacer fotografías, conseguiremos mayor o menor nitidez en el fondo.
12. El enmarcado.
Existen elementos que pueden ayudar a poner un marco al centro de
interés de la foto. Algunos
de estos elementos son muy claros, tapando completamente parte de la foto, como
puertas, ventanas o puentes. Otros
actúan de una forma menos clara, simplemente orientando nuestra vista. Es el
caso de las señales de tráfico o las ramas de los árboles, ...
Cualquier
elemento que "encierre" el centro de interés nos permitirá enmarcar
la foto, dirigiendo la atención hacia el elemento deseado.
13. Las curvas en S
Las curvas en "S" son un elemento muy
recurrente en fotografía. Está relacionado con la sensualidad. También transmiten
moviento y ayudan a conducir la mirada.
En la
vida cotidiana encontramos muchos recursos que nos permiten aplicar curvas en
"S" en nuestras fotografías. Una carretera, un camino, el curso de un
río, ... Son elementos visuales muy potentes que dan interés a la fotografía.